Desde los comienzos de la humanidad, el ser humano ha tenido un instinto de conservación para perpetuar su existencia, esto se ha llevado a cabo a través de la interacción con los que lo rodean, pues sería muy difícil subsistir sin vivir en sociedad. En este sentido podemos decir que el ser humano es un ser social por naturaleza y se vale de la ayuda de sus semejantes para poder perdurar, somos emprendedores por naturaleza.

El ser humano está obligado a buscar y descubrir nuevas cosas capaces de cambiar la vida, tanto en el sentido material, científico y espiritual, pues siempre buscamos la innovación para poder ofrecer bienestar a las personas y así mejorar las sus condiciones de vida, lo cual se ha hecho posible gracias a plantear objetivos, metas y logros que se resuelven con las diversas capacidades y esfuerzos con los que cuenta el ser humano. Desde aquí comienza nuestro ADN Emprendedor…